Anorexia Adultos Sintomas. Psicologos


¿Qué es una Adicción?

La adicción es un trastorno mental que afecta a todas las áreas de la persona: física, psicológica, personal, social, laboral, etc... y por tanto es conveniente que el tratamiento también contemple estas áreas. Por ese motivo generalmente se requiere la atención por parte de varios profesionales del ámbito sanitario y social.


Todas las adicciones se caracterizan por una pérdida de control sobre el consumo de la sustancia o la actividad elegida y un mantenimiento de su consumo a pesar de las consecuencias negativas que produce. Además, todas las adicciones comparten una serie de características: dependencia, tolerancia y síndrome de abstinencia que pasaremos a describir a continuación



- La tolerancia es un proceso por el que la persona necesita aumentar la cantidad o el tiempo dedicado a la adicción para obtener el mismo efecto que tenia al principio.

- La dependencia es el patrón desadaptativo de consumo de una sustancia o conducta que suele conllevar un deterioro o malestar significativo.

- El síndrome de abstinencia es un conjunto de síntomas físicos y/ psicológicos de intensidad diversa que aparecen cuando se interrumpe el consumo de la sustancia o la actividad adictiva. Aunque generalmente al principio del proceso adictivo, la persona consume por placer o para evitar un sentimiento indeseable (por ejemplo, la tristeza),  cuando ya tiene un problema de adicción la persona  suele consumir para evitar el malestar ocasionado por el síndrome de abstinencia.
El síndrome de abstinencia de cada sustancia presenta unos síntomas característicos, generalmente de signo contrario a los que tiene la sustancia. Por ejemplo, uno de los efectos mas comunes de la cocaína es la euforia, sin embargo, el síntoma más frecuente de su síndrome de abstinencia es la depresión. Es importante tener en cuenta que, en ocasiones, es necesaria la hospitalización para estabilizar a la persona y evitar que su vida corra peligro (por ejemplo, en el síndrome de abstinencia del alcohol), por eso antes de abandonar el consumo de una sustancia conviene consultar con un profesional sanitario.

Cuando se considera que una persona es adicta

Como hemos señalado anteriormente, lo que caracteriza a una adicción es la falta de control sobre el consumo de una sustancia o actividad mas que la cantidad o frecuencia con la que se produce. Por tanto, el consumo esporádico o solo de fines de semana que genera problemas importantes y que no se puede controlar aunque la persona se lo proponga también es considerado un problema de adicción.

Según el último Manual Clínico de Clasificación los Trastornos Mentales (DSM-V) tienen que darse al menos 2 de 11 síntomas durante un periodo de 12 meses para que se considere que existe dependencia o adicción. Algunos de estos síntomas son: deseo de consumo manifestado por un ansia o craving,  uso continuado a pesar de los problemas que se derivan, aumento del consumo en forma de cantidad o tiempo dedicado,  esfuerzos inútiles para reducir el consumo, mucho tiempo dedicado a la obtención, consumo y recuperación de los efectos, tolerancia, etc...

Tipos de Adicciones

Las adicciones son tan antiguas como la humanidad. Los seres humanos tenemos una tendencia a repetir las conductas que nos resultan gratificantes y esta tendencia está en el origen del proceso adictivo. Tradicionalmente, se ha estudiado la adicción a sustancias como el alcohol, la cocaína, el cannabis, etc..., pero más actualmente se han considerado las adicciones comportamentales como la ludopatía o adicción al juego, la adicción a las nuevas tecnologías o TIC, etc... igualmente problemáticas.


Es común que una persona presente adicción a varias sustancias, lo que se conoce como policonsumo, o adicción a una sustancia y una conducta al mismo tiempo, como por ejemplo, la adicción al alcohol y la ludopatía suelen ir asociadas.


Las adicciones a sustancias tienen similitudes y diferencias con respecto a las adicciones comportamentales. Entre las similitudes destacan:


- A nivel neurobiológico, ambos tipos de adicción se originan en el circuito de recompensa de nuestro cerebro y producen un aumento de los niveles de dopamina.
- En ambos trastornos adictivos se pierde el control sobre el objeto de la adicción sea sustancia o conducta y se genera una dependencia y tolerancia.
- El síndrome de abstinencia tiene muchas características comunes: impulso (craving) en forma de deseo intenso, tensión creciente hasta la ejecución de la conducta o consumo, etc.
- También en ambos trastornos adictivos la persona mantiene unos mecanismos de autoengaño y ocultación que ayudan a mantener la adicción.

Algunas diferencias entre adicciones a sustancia y adicciones comportamentales son:

- En la adicción a sustancias, la dosis controla el síndrome de abstinencia; en las adicciones psicológicas, por el contrario, el paciente –un jugador patológico o un adicto a las compras, por ejemplo– puede pasar horas, incluso días, jugando o comprando sin que ello ponga fin a su abstinencia.
- En el caso de las adicciones a sustancias la perdida de salud física suele ser mayor.

- En el caso de las adicciones comportamentales, el objetivo del tratamiento es el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada. Sin embargo, en las adicciones a sustancia suele ser la abstinencia.


Entre las adicciones comportamentales las mas comunes son:


•    Juego patológico o ludopatía
•    Adicción al sexo (y chemsex)
•    Adicción a las compras u oniomanía
•    Adicción a la comida
•    Adicción al trabajo
•    Adicción a las nuevas tecnologías (TIC): adicción a los videojuegos, adicción a las redes sociales, adicción a internet, adicción al móvil
•    Adicción al ejercicio físico o vigorexia
•    Adicción social o dependencia emocional

Estadísticas de las adicciones

La adicción a sustancias ha existido siempre, pero ha ido cambiando el tipo de sustancia consumida y la forma de consumo. Las modas, los valores culturales y sociales y el avance de la tecnología han influido en el tipo de adicción más frecuente en cada época. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en el crecimiento de las adicciones a las nuevas tecnologías en los últimos años debido al apogeo de internet y las redes sociales.


Según el último informe del Plan Nacional sobre Drogas de 2018, las drogas más consumidas por la población española son las drogas legales (alcohol, tabaco y hipnosedantes) seguidas del cannabis y la cocaína.


Entre los jóvenes la edad de inicio se sitúa entre los 14 y los 16 años y las drogas mas consumidas son el alcohol, el tabaco y los hipnosedantes seguidas del cannabis. La forma de consumo del alcohol en forma de atracón (binge drinking) continúa en aumento y casi la mitad de los estudiantes declaran haberse emborrachado en el último año, el 46,5% de las chicas y el 42,3% de los chicos. Además, el 22,7 % de los jóvenes han apostado dinero de manera presencial.

Consecuencias de las adicciones

Todas las adicciones tienen un impacto negativo en la persona adicta y en su entorno, en particular sus familiares. Aunque las consecuencias a corto plazo pueden ser graves (por ejemplo, accidente de trafico), las consecuencias a medio y largo plazo dejan secuelas en la salud física y psicológica de las personas a veces irreparables.


Las consecuencias se pueden clasificar según el área afectada:


Consecuencias físicas de la adicción: trastornos del sueño y la alimentación, deterioro físico general, problemas de concentración y memoria, entre otros.
Consecuencias psicológicas de la adicción: aumento de la agresividad, disminución de la autoestima, inestabilidad emocional, empobrecimiento afectivo, ideas paranoides, culpabilidad, etc.
Consecuencias sociales de la adicción: aislamiento social, disminución de la motivación, abandono de actividades, deterioro o ruptura de relaciones, problemas económicos, etc.

¿Por qué algunas personas se vuelven adictas y otras no?

Muchas personas usan sustancias o conductas adictivas con cierta regularidad, y sin embargo no todas se vuelven adictas. La adicción es una enfermedad  multicausal y por tanto la probabilidad de convertirse en adicto depende de la interacción de múltiples factores: factores biológicos y psicológicos de la persona, factores del ambiente social y familiar al que pertenece y aspectos de la sustancia o conducta adictiva que consume.


En cuanto a los aspectos de la sustancia o conducta adictiva, es importante saber que la sustancia o conducta adictiva modifica el funcionamiento de nuestro cerebro y captura nuestro centro del placer llamado circuito de recompensa que se encuentra en la parte más emocional del cerebro, la amígdala. Esta parte del cerebro se ocupa del control de las emociones y la voluntad, por lo que la persona adicta se siente dominada por las sensaciones que le genera la sustancia o conducta adictiva y conseguirla se convierte en su motivación más importante, a veces la única que tiene. Además, cada sustancia tiene unos efectos distintos sobre el cerebro: depresoras, estimulantes y alucinógenas que interactúan a su vez con aspectos de la persona que pueden hacerla más vulnerable, como es el hecho de padecer una enfermedad física o mental previa. Hoy en día muchos especialistas consideran que la mayoría de las personas adictas sufren un trastorno mental o al menos un problema psicológico previo al consumo de sustancias o conductas adictivas y este consumo se convierte en una forma de automedicación para aliviar los síntomas de dicho trastorno. Es decir, lo que comienza siendo un consumo ocasional se vuelve un consumo adictivo cuando la persona descubre que los efectos de ese consumo mitigan el malestar que suelen sentir o resuelven algún tipo de dificultad, aunque esa mejoría sólo sea momentánea.


Sobre los factores genéticos que pueden predisponer a desarrollar una adicción se han realizado numerosos estudios pero sin obtener resultados concluyentes. Sin embargo, los factores ambientales han cobrado cada vez más importancia. Se sabe que el ambiente en el que crecemos y las experiencias vividas influyen en nuestra forma de ser y en la manera cómo nos relacionamos.


Podemos concluir que determinados factores de la persona o rasgos de personalidad y determinados factores del ambiente social y familiar aumentan la probabilidad de sufrir un problema de adicción, mientras que  otros contrarrestan esta probabilidad. Rasgos de personalidad como la impulsividad, baja tolerancia a la frustración, déficit de habilidades sociales, baja autoestima, etc. y aspectos del ambiente como el conflicto familiar, la falta de límites o el exceso de rigidez en las normas, la ausencia de comunicación, las experiencias traumaticas, etc. son factores de riesgo, mientras que un adecuado manejo de las emociones, una autoestima sana, un clima afectivo positivo en la familia, una coherencia en la aplicación de normas y límites, una crianza que favorezca la autonomía, un entorno que ofrezca alternativas de ocio saludables, un grupo de iguales positivo, etc. serían factores de protección que fortalecen a las personas para afrontar con éxito las situaciones de riesgo.

Cuando las personas con problemas de adicción deciden ponerse en tratamiento

Generalmente pasa bastante tiempo hasta que una persona adicta decide ponerse en tratamiento porque su propio autoengaño y en ocasiones la respuesta del entorno (con actitudes sobreprotectoras y negadoras) le impiden ser consciente de las consecuencias negativas de la adicción. En otras ocasiones, a pesar de ser consciente de que la adicción es un problema, la persona no tiene la motivación suficiente para seguir un tratamiento.
A menudo se habla de que el adicto necesita “tocar fondo” para ponerse en tratamiento y realmente no es tan sencillo. Si bien es cierto que el adicto tiene que sufrir de forma directa las consecuencias de su adicción para “abrir los ojos”, también necesita confiar en que su vida puede mejorar si abandona la adicción y para eso el apoyo del entorno suele ser un refuerzo importante.


Los profesionales trabajamos con un modelo del cambio por etapas en el que la primera etapa consiste en ayudar a la persona a tomar conciencia de su problema, a continuación se trabaja su motivación para el tratamiento, para seguir con la puesta en acción de medidas para abandonar el consumo y, por último, un trabajo psicoterapeútico para cambiar aquellos aspectos de la persona y su ambiente que están relacionados con la adicción y prevenir recaídas.

¿Es posible superar una adicción?

Por supuesto que sí. La mayor parte de las personas con un problema de adicción dejan el consumo si siguen un tratamiento adecuado. Las recaídas son habituales en el tratamiento de rehabilitación pero no se consideran un fracaso, sino una oportunidad para aprender a manejar situaciones estresantes que precipitan el consumo.

Al igual que en cualquier otro trastorno mental, ante la adicción no podemos hablar de “curación”, ya que la persona tendrá que seguir atenta a las situaciones de alto riesgo y aprender a manejar las complicaciones que le surjan en la vida sin recurrir al consumo. Además, con el tiempo y las nuevas experiencias vitales, el recuerdo de la adicción y sus efectos se irá difuminando y cada vez será más débil, incluso a nivel neurológico, lo cual facilitará el mantenimiento de la abstinencia.

¿Cómo se trata un problema de adicción?

En primer lugar, al tratarse de un trastorno que afecta a múltiples áreas de la persona, el tratamiento también debe focalizarse en los problemas generados por la adicción.  En función de cada caso, puede ser necesario un tratamiento farmacológico que ayude a lidiar con los síntomas del síndrome de abstinencia, un ingreso hospitalario para la desintoxicación, un tratamiento psicológico individual y/o grupal para aprender a manejar la vida y sus vicisitudes sin la sustancia o conducta adictiva y a veces una terapia familiar que ayude a afrontar los problemas en las relaciones y mejorar la comunicación y el clima afectivo. En ocasiones, también necesitan apoyo para la búsqueda de empleo y/ orientación formativa o laboral.

Además, es muy habitual que la persona con problemas de adicción también sufra otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno depresivo o trastorno de personalidad limite). A esto se le llama patología dual e implica que el tratamiento se dirija a ambos trastornos.

En nuestra consulta de psicología EA Psicólogos podemos ofrecerte un tratamiento personalizado para el problema de adicción que tengas que comprenda las áreas personal, psicológica y social a través de nuestra terapia psicológica para adultos y nuestra terapia familiar o terapia de pareja.

El tratamiento psicológico de la adicción suele contemplar el cambio terapéutico en todos los aspectos de la personalidad que están relacionados con el consumo, desde dificultades en habilidades sociales, manejo de emociones e impulsividad, estrategias para afrontar conflictos, etc.

El riesgo de recaída suele ser alto en este tipo de trastornos y por eso se trabaja en la prevención desde un principio. No obstante, la recaída no se considera un fracaso sino un paso más en el tratamiento que sirve para aprender cuáles son las situaciones de alto riesgo para esa persona concreta y cómo manejarlas.

Algunas situaciones que suelen ser de alto riesgo para la recaída son: síntomas negativos (ansiedad, depresión, irritabilidad, etc.), conflictos interpersonales (discusión con la pareja, dificultades en el trabajo, etc.) y presión social (invitaciones al consumo, ambientes sociales o laborales en donde hay la proximidad de otros adictos, etc.).

¿Cómo ayudar a una persona con problemas de adicción?

Tener un familiar o amigo con problemas de adicción afecta a muchos niveles, sobre todo cuando existe convivencia con esa persona y el rol que ocupa es importante para nuestra vida (por ejemplo, cuando es el padre de la familia).


Las áreas mas afectadas suelen ser:


Económica: los problemas de adicción suelen generar deudas por el gasto en el consumo y en ocasiones la falta de ingresos por la perdida del empleo debido a despido o abandono del mismo. El adicto puede llegar a cometer delitos (estafa, robo, tráfico de drogas, etc.) para mantener la adicción que le pueden generar más deudas y problemas con la justicia. La familia se siente obligada a cubrir los gastos de la persona adicta por temor a las consecuencias que le puede acarrear (morosidad, desahucio, embargo de cuentas, pena de prisión, etc.) y esto puede llevarla a una situación de endeudamiento.


Física: la persona adicta cambia sus hábitos de vida con tendencia a comportarse de una forma  irresponsable y desordenada (accidentes, descontrol de horarios, frecuentes desapariciones, ausencias injustificadas, etc.). Las personas que conviven con el adicto se ven inmersos en esa vorágine y ven afectada su rutina de sueño, alimentación, cuidado personal, vida social y actividades de ocio, etc., lo que a menudo conduce a problemas de salud físicos o psicológicos. Por ejemplo, la falta de sueño debida a la constante preocupación por no saber donde ni cómo se encuentra el adicto.


Psicológica: la persona adicta suele tener cambios de humor, irritabilidad, incluso actitudes agresivas. Las discusiones son frecuentes y el distanciamiento emocional y la desconfianza se apoderan de la relación. Los familiares suelen vivir en constante estado de alerta, esperando por así decirlo que “algo malo ocurra” y a menudo tratando de evitarlo mediante conductas de vigilancia y control. Esto conduce a síntomas ansiosos, depresivos, ataques de ira, somatizaciones, sentimientos de culpabilidad, etc. que pueden llegar a desarrollar un trastorno mental.


En algunos casos el familiar desarrolla una codependencia que consiste en vivir la vida de la persona adicta como si fuera propia, con el fin de controlar a esta persona y así frenar el intenso temor que le produce su conducta. La relación que se establece entre ambos, familiar y adicto, se basa en la desconfianza, el miedo y el control de forma obsesiva. En las parejas en las que uno de los miembros es adicto es frecuente que se desarrolle una relación de persecución-huida, donde cada uno mejora sus estrategias de control y engaño sobre el otro respectivamente.


Es importante que el familiar del adicto acuda a terapia psicológica para cuidar de su salud mental ya que se encuentra inmerso en una situación altamente estresante así como para saber cómo afrontar los problemas que genera el adicto y motivarle en la medida de lo posible hacia el abandono del consumo y la implicación en un tratamiento.


Solicita ayuda profesional para problemas relacionados con adicciones.

Teléfonos de Atención para Terapias para niños, Problemas de Duelo, Tratamientos
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