La ruptura de pareja conlleva un proceso de duelo especialmente doloroso, sin embargo, como indican Mason y col. este duelo va a depender de la experiencia que le haya tocado vivir a cada persona, de la etapa de amor en la que haya finalizado su relación, del tipo de vínculo que se haya generado con la pareja, y del ciclo vital por el cual se esté atravesando. También el tiempo transcurrido desde la ruptura es un factor influyente, puesto que para poder encarar el duelo es necesario dejar pasar cierto tiempo que nos ayude a procesar lo ocurrido y así poder aceptarlo e integrarlo como una experiencia más ante la vida.

De manera general, podemos definir una serie de etapas en el proceso de duelo por ruptura y que se caracterizan por las emociones que prevalecen en cada una de ellas, emociones que se solapan y se mezclan, hasta llegar a la superación de la situación dolorosa. Y será necesario pasar por todas ellas para que esos recuerdos y esa sensación de vacío no nos hagan sufrir. Estas emociones, siguiendo los estudios de Kubler-Ross,  las agrupamos en cinco etapas aunque no excluyentes entre sí, en primer lugar nos encontramos con la negación e incapacidad de aceptar la realidad, la etapa de rabia e ira, la etapa de ansiedad, en la que nos invaden los recuerdos e incluso idealizamos la relación, lo que llevará a una fase de depresión, donde realmente se adquiere conciencia de la situación, para llegar finalmente a la etapa de reorganización y aceptación.

La buena noticia es que aunque estas etapas nos hacen sentirnos mal durante el proceso, tras vivirlas, saldremos interiormente refortalecidos e ilusionados con un nuevo futuro.