Cada familia se enfrenta de forma diferente al uso de las nuevas tecnologías, por lo tanto no podemos ser tan ambiciosos de pretender dar una regla que nos sirva para todos, pero si podemos ofrecer una orientación general que adaptaremos a los intereses particulares de nuestros hijos y a nuestros valores y características familiares.

Es importante conocer como utilizan nuestros hijos Internet, que como padres sepamos qué hacen y cuáles son sus intereses dentro de la red. Hay que disminuir la brecha digital, no nos vale eso de “yo no me entero, eso es mi hijo quien lo maneja”. Si los padres ponemos un muro ante todo lo digital, y dejamos en manos de nuestros hijos internet, estamos dejando que se asomen al mundo sin ningún tipo de orientación. No es necesario hacerse expertos digitales, pero sí, preguntar a nuestros hijos que es lo que les gusta de internet, interesarnos sobre como acceden a los distintos contenidos, que temas buscan o a qué juegan, etc. Saber lo que hacen con internet es básico para poder orientarles.

Debemos ofrecer a nuestros hijos alternativas a los juegos adictivos. Enseñarles a aprovechar las TIC para aprender y disfrutar de manera sana. Internet nos ofrece infinitas oportunidades de uso, en nosotros está el aprovecharlas para nuestro beneficio o no. Podemos divertirnos, investigar, informarnos, aprender de cualquier tema, descubrir países, personas, hablar con gente con intereses como los míos, o podemos pasarnos el día matando aviones, buscando Pokemons o manteniendo el vuelo de un pajarito en la pantalla del móvil, lo que puede saciar mi necesidad de sentirme competente en algo, pero también puedo acabar perdiendo el sentido de la realidad.

Informarme sobre páginas, programas, etc., donde haya material interesante sobre los temas de interés de mi hijo, si a mi hijo le interesa la música, el dibujo, la electrónica, montar legos, etc., de todo voy a encontrar cientos de páginas en internet pero desde mi perspectiva de adulto podré seleccionar los juegos y materiales acordes con mi hijo y con los valores y habilidades que le quiero transmitir.

Aunque en ocasiones tener que estar pendiente de todo lo que hace nuestro hijo en la red puede parecer una tarea ardua, es un esfuerzo que a la larga nos facilitará la comunicación con él y nos dará tranquilidad cada vez que le veamos absorto frente al ordenador o con el teléfono móvil.