Después de ver la película Up in the Air (2009) de Jason Reitman, me sorprende la imagen que se ofrece de la psicóloga que tras informar a los trabajadores de distintas empresas que han sido despedidos, busca una manera de hacerles ver las ventajas de su nueva situación. La psicología positiva queda ridiculizada a través del personaje de esta psicóloga que busca generar emociones positivas ante el desempleo sin tener en cuenta ni el contexto, ni la situación concreta de cada personaje.

Podemos pensar que ante la pérdida de un trabajo lo mejor es plantearse un cambio de vida, una ocasión de reorientar nuestra carrera y nuestros proyectos de vida, pero esto nos hace sentir más tristes y desengañados y generar rabia, pues ya teníamos nuestro proyecto de vida y no teníamos ningún interés en cambiarlo. Difícil ver algo positivo en ello.

Perder  el trabajo, es una importante pérdida y nos afecta a todos los niveles. Lo principal que se resiente, además del plano económico, es nuestra autoestima, la sensación de no valer lo suficiente para tener o mantener un trabajo y sentir que somos inferiores a los demás que sí lo tienen. La sensación de impotencia y frustración puede provocar muchos problemas emocionales, como la ansiedad, la angustia, el estrés, los ataques de pánico o, incluso, la depresión. Partiendo de esto, ¿qué podemos hacer para no sentirnos tan mal?

El consejo principal es adquirir hábitos nuevos para evitar caer en la desgana, en el sentimiento de no tener nada que hacer con nuestros días, con nuestras vidas. Es importante seguir manteniendo un horario pero donde antes estaba nuestro trabajo, ahora es la búsqueda del mismo, informarnos sobre qué cosas nuevas podemos hacer, dónde buscar, qué alternativas tenemos. Buscar esa información en las oficinas de empleo, en los conocidos, en distintas asociaciones  y organismos. Después de las horas diarias que dediquemos a buscar trabajo, reservaremos un tiempo para disfrutar de las cosas que nos gustan. Hemos perdido un trabajo pero tenemos muchas más cosas en la vida. Un recurso importante a tener en cuenta son los talleres que distintos centros organizan para apoyar a las personas desempleadas, donde no sólo nos ayudarán en organizar la búsqueda activa de empleo sino, y sobre todo, a manejar esos problemas emocionales y de autoestima que el desempleo conlleva.

Lo que no nos sacará de esa nueva situación es quedarnos avergonzados y esperar a que alguien llame por teléfono para ofrecernos una oportunidad.

Cuando se pierde el trabajo, hay mucho trabajo que hacer.